la renta básica universal es posible

La idea de la renta básica universal empieza a generar un debate social ligado a las condiciones mínimas de vida que una persona debería tener en la vida. El sistema monetario creado como un mecanismo de ordenación social ha dejado muchos asuntos sin resolver y mucha gente excluida del sistema. A continuación puedes leer el artículo publicado en referencia a la renta básica y el libro Utopía para realistas.

«La renta básica universal sin condiciones humillantes es una medida que ya se ha probado en diversas comunidades de Canadá y Gran Bretaña en el pasado y, ahora, en Holanda o Namibia, y estuvo a punto de aplicarla también el presidente conservador de Estados Unidos Richard Nixon.

El historiador holandés Rutger Bregman ha contado, en una entrevista, que su libro Utopía para realistas apuesta por la renta básica universal y desgrana diversos ejemplos, con datos empíricos, en los que se ha probado con buenos resultados.

También desarrolla otras propuestas que pueden parecer absolutamente inaplicables o disparatadas, como la semana laboral de quince horas o las fronteras abiertas para que los migrantes puedan moverse con libertad: «así se veía -de raro- en su época la abolición de la esclavitud o el voto para las mujeres», ha argumentado.

Bregman ha añadido que numerosos estudios del mundo entero ofrecen pruebas concluyentes de que el dinero gratis funciona y razona que la enorme inversión que supone atender a las personas pobres en servicios sociales debería hacer reflexionar a los gobiernos.

Mucha de la información que ofrece el historiador es hasta cierto punto sorprendente: Richard Nixon estuvo dispuesto a implementar la renta básica, y sólo fracasó cuando el Senado de Estados Unidos la rechazó.

La aplicación de medidas universales de renta básica o decisiones similares es y ha sido transversal y la han aplicado tanto políticos conservadores como progresistas a lo largo de la historia.

Así, a principios de 2000, Lloyd Pendleton, director del grupo de Asistencia a los Sintecho del conservador estado norteamericano de Utah, lanzó un plan para sacar de las calles a todos los sintecho en el que ofreció apartamentos gratuitos para ellos.

Empezó con diecisiete sintecho y, al cabo de dos años, cuando todas estas personas tenían un lugar decente en el que vivir, amplió el programa sin importar antecedentes policiales, adicciones o las deudas, con un éxito arrollador, mientras que en el vecino estado de Wyoming el número de personas que vivía en las calles crecía en un 213 % en el mismo periodo.

Los economistas de Utah calcularon que un vagabundo que vivía en la calle le costaba a ese estado 16.670 dólares al año en concepto de servicios sociales, policía y tribunales, entre otros, mientras un apartamento y orientación profesional suponía la más modesta cifra de 11.000 dólares.

«Son políticas ‘win-win’, en las que todos ganamos», ha argumentado el autor de «Utopía para realistas», que ha provocado una especie de «tsunami social» en su país natal, donde una veintena de poblaciones ha empezado a aplicar su teoría de la renta básica sin condiciones entre sus vecinos pobres.

El libro de Bregman, de solo 28 años, rebosa datos económicos e históricos y también esperanza, optimismo y propuestas sencillas y radicalmente distintas, sin denostar los logros del capitalismo.

Sin embargo, ha evitado en la entrevista pronunciarse sobre su propia ideología y ha asegurado que su pensamiento es de derechas cuando cree que todos los individuos deberían ser libres y poder decidir lo que quieren hacer y de izquierdas cuando cree que las personas deben tener cubiertas sus necesidades.

«En el fondo, en mí subyace una nueva visión de la humanidad», ha señalado el autor, que cree «en el poder de las ideas», y ha provocado un debate encendido en Holanda, donde una veintena de poblaciones ha decidido implantar la renta básica universal.

El impacto del libro ha llevado a Bregman a ser conocido como uno de los jóvenes pensadores europeos destacados y ha participado en el documental «En el mismo barco», del director italiano Rudy Gnutti, y en el que también son entrevistados Zygmunt Bauman, Tony Atkinson, Erik Brynjolfsson, Nick Hanauer, entre otros»

Artículo publicado en el elconomista.

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