Exclusión de los desempleados y burocracia irracional

Leyendo el libro «Utopía para realistas» (en relación a la exclusión de los desempleados y falta de ayudas reales a problemas urgentes)
Cabe destacar que los economistas han denunciado esta industria del desempleo desde sus inicios. Algunos programas de reincorporación al mercado laboral incluso contribuyen a prolongar el desempleo, y los trabajadores sociales asignados a ayudar a los beneficiarios del subsidio a encontrar un empleo a menudo cuestan más que la prestación del paro. A largo plazo, los costes del estado vigilante son todavía mayores. Al fin y al cabo, pasar una semana laboral asistiendo a talleres inútiles o realizando tareas anodinas deja menos tiempo para educar a los hijos, formarse y buscar un verdadero empleo. Imaginemos el caso de una madre con dos hijos a la que le recortan los beneficios sociales porque no ha desarrollado lo suficiente sus capacidades laborales. El gobierno se ahorra un par de miles de dólares, pero los costes derivados como consecuencia de los niños que crecerán en la pobreza, comerán mal, sacarán malas notas y tendrán más probabilidades de toparse con la justicia son mucho mayores. De hecho, las críticas conservadoras al viejo estado niñera dan en el clavo. El embrollo burocrático mantiene a la gente atrapada en la pobreza. En realidad produce dependencia. Mientras de los empleados se espera que demuestren sus capacidades, los servicios sociales exigen a los solicitantes que demuestren sus limitaciones; que justifiquen una y otra vez, y sin lugar a dudas, que su enfermedad los debilita, que su depresión los incapacita y que su probabilidad de conseguir empleo es escasa. De lo contrario, pierden su subsidio. Formularios , entrevistas, controles, recursos, evaluaciones, consultas y luego aún más formularios, cada proceso de solicitud de asistencia tiene su propio protocolo degradante que devora dinero. En boca de un trabajador social británico: «Pisotea la intimidad y la autoestima hasta un punto inconcebible para cualquiera que no conozca el sistema de beneficios sociales. Crea una perniciosa nube de sospecha.»